Cuando en las habitaciones disponemos de molduras de escayola, no es necesario hacer ningún tipo de obra, ya que podemos integrar el armario en la pared rematando las cornisas y los laterales con las formas que consideremos oportunas.
Si el hueco que disponemos para alojar un armario está demasiado cerca de una ventana, rematamos con un lateral del mismo color del armario a una distancia cómoda, para poder accionar así los mandos de la ventana y no quitar demasiado espacio en el interior del armario.
Las columnas y las vigas son elementos básicos en la arquitectura de las habitaciones. Lo mejor es dejarlas ocultas en el interior de los armarios o estanterías pero cuando como en este caso, no se pueden ocultar, lo que hacemos es integrarlas en el trabajo que se va a realizar.
Para estancias reducidas, alojar una cama plegable en el interior de un armario es una solución muy recomendable.
En los techos abuhardillados buscamos soluciones estéticas frente a las de capacidad, pero hay casos en los que por ofrecer estética no perdemos esa capacidad.
Cada vez es más usual alojar un tablero en una pared para que nos haga de cabecero e integrarlo en el armario. Con la solución de encastrar el cabecero en la guarnición del armario, conseguimos un efecto de continuidad muy agradable y muy económico.
En los armarios de rincón, la solución perfecta para el total provecho del espacio es reducir el espacio interior de la estantería rinconera. Así tendremos acceso a todos los puntos del armario.
Cuando no disponemos de un despacho en casa, y necesitamos un lugar de trabajo en la habitación, podemos integrar una pequeña oficina en nuestro armario. Con sólo cerrar la puerta dispondremos de una habitación dormitorio sin carpetas ni papeles de ordenador, viendo una habitación normal…